El suelo agrario es el inmovilizado más importante que tienen los agricultores y ganaderos, tanto por su valor ecosistémico como sumidero de CO2 como por ser la base del potencial productivo de los cultivos. La agricultura regenerativa aparece como la alternativa de manejo más cercana para mejorar la salud de los suelos. La agricultura regenerativa tiene claro el objetivo final a conseguir, pero no están consensuadas, ni hay normas reconocidas, del itinerario para lograrlo; la agricultura regenerativa es un tratamiento holístico, sin definición específica, adecuado al sitio y a los cultivos en rotación.  Actualmente no existe una normativa o una certificación que lo avale, ni siquiera consenso técnico sobre qué manejos son “regenerativos”. El reto de este proyecto es, por un lado, definir los indicadores cuantificables que demuestren esa regeneración del suelo, determinar un manejo regenerativo para la producción de patata de consumo en Álava y llevarlo a cabo en un piloto, ver si esa patata cumple con los estándares de UDAPA y finalmente, si existe un interés entre los consumidores de los lineales vascos. 

En Europa, la normativa de manejo agrícola certificable sólo es posible para la agricultura ecológica (bajo norma europea) y la agricultura integrada, bajo normas técnicas regionalmente adaptadas. Es, por lo tanto, una necesidad definir los sistemas agrícolas mediante parámetros medibles y objetivables y que además estén claramente demostrado su beneficio medioambiental y social por supuesto que mantengan las premisas de rentabilidad económica de las explotaciones agrícolas. Esta necesidad es la abordada por el proyecto REGENPAT.El objetivo principal del proyecto que cuenta con la colaboración de LURSARE, UDAPA, EROSKI y NEIKER, es definir los indicadores cuantificables que demuestren la regeneración del suelo del cultivo bajo las premisas generales de la agricultura regenerativa para la producción de patata de consumo en Álava.